sábado, 4 de octubre de 2008

Cliente, Calidad, Proyecto (Angel Prego)

Resumen recensivo del documento
“Cliente, Calidad y modelo de empresa”del profesor D. Roberto Carballo

El documento objeto de sucinto análisis se estructura en ocho epígrafes relativos a “Calidad y Empresa”, “Cliente, empresa y papel de la Dirección”, “Calidad y Dirección”, “De la Calidad al proyecto de empresa”, ¿Qué podemos concluir con lo dicho hasta ahora?”, “¿Qué se entiende por proyecto de empresa?”, “Plan, proyecto y programas” y “Nuevas conclusiones provisionales”.
En el apartado primero (Calidad y Empresa), se parte de la premisa de que históricamente la base de la calidad se constituía por el famoso eslogan “bueno, bonito y barato”. Las “3 Bs” siguen estando actualmente en la base de la pirámide de Necesidades del CLIENTE, si bien, tal y como postula la pirámide de necesidades de Maslow, la labor de darle autoestima, identificación y reconocimiento al producto viene a implementar el postulado original de las tres Bs.
En el apartado “Cliente, empresa y papel de la Dirección” el estudio se centra en la idea de que el CLIENTE es la base del sistema, es el “que paga nuestras nóminas”. Por ello una buena dirección estratégica será aquella que sea consciente y esté precavida impulsando todos los valores que posibiliten la Calidad en términos de cliente.
En relación con lo apuntado en los epígrafes anteriores, en el apartado tercero del texto (“Calidad y Dirección”) se incide en que el estilo de dirección es decisivo para que la dinámica institucional que tiende a la fragmentación no entorpezca el proceso. De este modo es necesario desarrollar el estilo directivo adecuado para la cultura corporativa correspondiente y luego modificarlo en sus énfasis evitando las dinámicas automáticas de la institución.
En el punto cuarto del documento (“De la Calidad al proyecto de empresa”) se parte de que el resultado aislado puede ser muy bueno técnicamente, pero tiene poca eficacia en el conjunto organizacional, a no ser que el bloque directivo se enfrente realmente al compromiso de un programa de tales características. De este modo, la correspondencia o consonancia entre teoría y práctica es esencial en cualquier programa de calidad, porque un programa de calidad consigue los mejores resultados dentro de un proyecto de empresa.
En el epígrafe quinto del documento se extraen una serie de conclusiones de lo expuesto anteriormente y que sintéticamente se concretan en que un programa de calidad es esencial en un proyecto de empresa, pero cobra toda su importancia cuando está integrado en el conjunto empresarial. Además, para hacer un gran proyecto es preciso saber donde se está, hacia donde se quiere ir, planificar los detalles y respetar y valorar el trabajo de cada uno. Asimismo, es necesaria una constancia en la actitud directiva, esto es, hay que saber esperar los resultados y comprometerse con el trabajo de cada uno. De todo lo dicho hasta aquí, resulta casi imprescindible disponer de un plan de comunicación, un método de intercomunicación eficaz que fomente la interrelación y la colaboración entre todos los niveles como condición previa e indispensable para el buen funcionamiento del proyecto. En realidad, al final un Proyecto de Empresa consiste en una nueva organización y un nuevo estilo directivo, apoyados ambos en tres o cuatro grandes programas: comunicación, estilos de dirección y cultura, calidad y, a veces, un programa de diagnóstico. Se entiende así que un Proyecto de Empresa se trate de un proyecto global que dinamice y oriente a la empresa hacia el cliente.
En el apartado sexto del estudio se formula la cuestión de “¿Qué se entiende por proyecto de empresa?”, indicándose que un Proyecto de Empresa es un proyecto de transformación o de mejor adaptación empresarial al entorno del mercado, lo que significa una nueva organización y una nueva cultura renovada que se enfoque hacia el cliente, y que tiene que ser consecuencia de un proceso planificado que primero analiza dónde se está y cómo se está, luego diseña lo que hay que hacer y, posteriormente, lo pone en marcha. Por todo ello, un Proyecto de Empresa debe ser más que un cambio organizativo, para ser un cambio de paradigma cultural, y eso supone que las personas y su capacidad de colaboración y de integración se ponen en primer término.
En el epígrafe séptimo se insiste en que un Proyecto de Empresa incide en la idea de planificación, y por eso los proyectos de empresa incorporan cuatro grandes líneas de actuación en forma de programas: la primera línea es la comunicación, seguida por el programa de calidad; luego, un programa de cultura que normalmente se centra en el desarrollo y mejora del estilo de dirección hacia formas más participativas, más profesionales, más grupales, y por último un programa de análisis y diagnóstico.
El último apartado del estudio (“Nuevas conclusiones provisionales”) concluye que esencial de la empresa es la calidad, y que haciendo calidad se obtiene beneficio y satisfacción, pero para hacer calidad hay que contar realmente con el cliente, y para saber lo que quiere el cliente hay que intercomunicar con él.

CONCLUSIONES:
Un programa de calidad es esencial en un proyecto de empresa, pero cobra toda su importancia cuando está integrado en el conjunto empresarial. De este modo, para hacer un gran proyecto es preciso saber donde se está, hacia donde se quiere ir, planificar los detalles, y respetar y valorar el trabajo de cada uno de los integrantes del conjunto, siendo imprescindible disponer de un plan de comunicación que fomente la interrelación y la colaboración entre todos los niveles, como condición previa e indispensable para el buen funcionamiento del proyecto, es también necesario establecer un programa de calidad, diseñar un programa de cultura directiva y finalmente implantar un programa de análisis y diagnóstico de todo lo proyectado.

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